La toga

Víctor José Menargues Ramón · Alicante 

He pasado media vida con la toga, defendiendo a clientes en centenares de causas que ahora desfilan en procesión por mi mente. He salvado de ir a la cárcel a algunos pájaros de cuidado y a mucha gente honrada. En los últimos veinte años mi toga ha estado más activa que el satélite de un planeta. “Medalla de oro al mérito en el trabajo”, reza hoy el pie de una foto mía en las portadas de los periódicos. “Amor por la profesión”, lo llaman mis colaboradores en el bufete, que lo celebran en la sala de reuniones. Ignoran que acabo de perder la causa más importante de mi vida: mi matrimonio. Demasiados “cariño, hoy también llegaré tarde”; demasiadas deshoras de flexo, café y tabaco. Un fallo irreparable, un remordimiento que me asfixia. Oigo voces reclamando a coro mi presencia. Ignoran… nadie sospecha… que estoy… con la toga al cuello…

 

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