LA CITA

CELIA MARTINEZ PARRA · LOS ARROYOS EL ESCORIAL - MADRID 

La voz aterciopelada del envolvente Guillermo Sousa en mi móvil resultaba inconfundible. Tras un breve preámbulo quedamos en un hotel de la periferia. Hace unos meses, sentado en el banquillo por evasión de capitales, le conseguí un ventajoso pacto con el fiscal, a cambio de información privilegiada. Siempre sospeché de la existencia de cierta atracción recíproca, que esta cita me confirmó. Arreglada como la ocasión merecía, me sorprendió por su aspecto desaliñado, esperándome en la cafetería del lúgubre establecimiento. Tras un efusivo saludo, me contó el motivo real del encuentro: – Carmen, como ves, mi vida ha cambiado y necesito el recibo de tus honorarios para la declaración de hacienda. El camarero preguntó qué íbamos a tomar. Comenté a Guillermo irónicamente: – De champagne ni hablamos, ¿verdad? – Hombre Carmen, tampoco tenemos que renunciar a unas burbujitas… Y ante mi estupefacción pidió una gaseosa. Seguía siendo un seductor.

 

 

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