Esto es Cái

Jesús Fabregat Carrascosa · Conil (Cádiz) 

La sala del tribunal está repleta de indios, payasos y hombres vestidos de novia, pero nadie, desde el juez al último testigo, parece extrañado por la situación. En el banquillo, una sardina de casi dos metros se somete nerviosa al interrogatorio del fiscal. —¿Reconoce el acusado haber agredido con un paraguas al señor Juan “el de la Parrita”, presente aquí en la sala? En la mesa de la acusación, un individuo se pone en pie; lleva el traje de monaguillo manchado de sangre y un aparatoso vendaje le cubre la cabeza. —Fue él quien empezó —responde el pescado gigante—, querían salir al escenario antes que nosotros, ¡y eso no, eh! Media docena más de sardinas aplauden desde el fondo y el juez se ve obligado a interrumpir. —Silencio en la sala —dice golpeando un martillo de colores—, se aplaza el juicio hasta después del carnaval.

 

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