En caso de duda, absolver

Gemma Laborda Sanabhuja · Alella- Barcelona 

“In dubio proveo”. Desde el principio me agarré a esa frase. Desmonté al fiscal sembrando la duda a cada una de sus pruebas. Aunque solo fuera una posibilidad contra noventa y nueve, a mi me bastaba. Las testigos temblaron como hojas ante mis preguntas inesperadas y cuando las hice titubear, les recordé el juramento que acababan de hacer, para ponerlas más nerviosas. Evidentemente, gané el juicio. Se siguió por todas las televisiones. El famoso violador estaba libre. Me convertí en la abogada de moda, y mi cliente y mis ayudantes me convencieron para salir a celebrarlo. Acabo de despertarme, con el cuerpo dolorido y la cara tumefacta. Siento resaca a pesar de que tomé una limonada. Sólo recuerdo oscuridad, no sé qué me ha pasado. Marco el número de urgencias, para pedir socorro, pero sólo atino a decir, entre sollozos: “In dubio proveo”.

 

 

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