El patrón
Luis Planes GarcíaUn colega decía que existen dos clases de abogados: El ambicioso y el perdedor. Yo opino que existe una tercera clase. Y López era de esa clase, sin duda alguna. Aparecía de pronto, tras meses sin dar señales de vida. Como llegado de otro planeta. Y entonces te enterabas de que llevaba la defensa de algún pobrecillo, siempre casos que se sabían perdidos de antemano. Nadie entendía como lo hacía, pero siempre, y contra todo pronóstico, ganaba. Y nunca levantó la menor sospecha de jugar sucio. Pero el fallo siempre era a favor de su cliente. Jamás lo comprendí. Hasta la semana pasada, que asistí a la procesión del patrón del pueblo de mi mujer. San Judas Tadeo que según me dijeron es el patrón de las causas perdidas. Clavadito a López.