El interrogatorio

José Cuberta Cantarellas · Barcelona 

Estaba en mi Parroquia comentando: Ayer estuve declarando en la Audiencia por un caso relacionado con el secreto de confesión. El interrogatorio no resultó fácil. No estoy acostumbrado a la solemnidad del ambiente. Me cayó un chaparrón de preguntas del Ponente del Tribunal, tan agresivas que parecía era yo el imputado. Me sentí incomodísimo, con un fuerte sudor frío que al final me dejó todo el cuerpo mas mojado que una sardina recién pescada. Hoy tenemos otra sesión. Me pongo el alzacuellos, que siempre impone algo, y a toda prisa salgo de la sacristía. Tras de mí corre el monaguillo: ¡Mosén! ¡Mosén! ¿Qué ocurre? ¡Se deja el paraguas¡ Grita. ¿Para que quiero yo un paraguas, con el sol que cae hoy? Sorprendido me espeta: Ayer también hacía sol y ha dicho que le cayó tal chaparrón que le dejó totalmente calado. Mas vale prevenir……. Santa inocencia: ¡Un chaparrón de preguntas!

 

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