El abogado de Don Quijote

Josefina Solano Maldonado · Alhaurín El Grande (Málaga) 

Sepa usted, señoría, que mi defendido ha hecho el juramento de no morir nunca. Y aunque en principio se alegue que tal componenda no tiene validez, yo voy a demostrar en socorro de lo suscrito, que el asunto aunque magno e importante, es también el más sencillo. Don Quijote afirma sin resaca caballeresca que este nuevo siglo, que hace el número XXI, necesita de grandes aventuras, y no de pedantones hablando de materias tan triviales que secan la imaginación del que cogen en banda. Mi defendido ofrece su historia, y expone que transformar el mundo, tan necesitado de revisiones, requiere de esa dosis de locura que sólo gastan los valientes y los que no renuncian al coraje de ser. Don Quijote es claro ejemplo de tan loable tarea, y anuncia que Don Alonso Quijano únicamente muere en el corazón de los que no creen que el cambio es posible.

 

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