Casi en el más allá

Daniel Domínguez Repiso · Bocos de Duero (Valladolid) 

Ya tuve la sospecha cuando me alquilaron un despacho tan céntrico y totalmente equipado muy barato. Los expedientes se movían, el ordenador se encendía, el teléfono sonaba sin interlocutor, los libros estaban siempre desordenados… Una noche, mientras recurría un fallo de la Audiencia, apareció, sonriendo tranquilamente frente a mí, sentado en uno de los confidentes. Era el antiguo dueño del despacho, un letrado que había desaparecido tiempo atrás sin dejar huella. “Buenas noches, compañero, un asunto complicado ¿no?” Casi se me para la pila y no acertaba a articular palabra. “No te asustes, era el peor pájaro de cuenta del planeta, pero ahora antes de seguir mi procesión hacia el más allá debo hacer algo bueno” “Pero, ¿estás muerto?” balbuceé. “Sí, en el río, con unos zapatos de cemento que me pusieron mis mejores clientes” respondió con sorna “pero no hablemos de mí, vamos con esa apelación que parece chunga”

 

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