ALMA TRISTE

Carolina Cendrós Cámara · BARCELONA 

Sólo quiero que acompañe mi alma la alegría de las campanas que toca el monaguillo. Sólo quiero que mi vida se llene de la luz plata y azul que hace brillar una sardina. Pero tu ausencia es la nube plomiza, fría, que pende a 10 centímetros de mi cabeza y me acompaña donde voy, me cubre de escarcha y me obliga a llevar un paraguas para que todo resbale, para que nada cale. Y me deslizo como un cisne, elegante, con lentitud y prestancia, mientras mis pobres patas palmípedas chapotean debajo de la superfície del lago, alocadamente, entre el barro y las aguas turbias de tu indiferencia, tu abandono, intentando mantenerme a flote esbelta y muy digna. No existe interrogatorio, tu silencio te hace confeso. No quiero un tribunal que decida, el temible fallo me atrapa en el miedo a perder los colores con que pintaste efímeramente mi vida.

 

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