Imagen de perfilRUMBO DE DERROTA

Nicolás Montiel Puerta 

— No existe la verdad, existe el procesal, y nuestra obligación es conocerlo con el automatismo de una oración aprendida en la infancia.
El orador giró el puro entre sus dedos y, ante el asentimiento del resto de comensales, prosiguió:
— Nuestra independencia radica en nuestra fuerza, y nuestra fuerza no se basa en la verdad ni en otras zarandajas por el estilo, sino en el conocimiento de las grietas de la Ley… Así los sacamos de la cárcel.
Los socios sonrieron y el aspirante a serlo se levantó para volver a poner el disco de Ella Fitzgerald, que debía amenizar la puesta de sol que se dibujaba en el horizonte de la terraza de la décima y última planta.

 

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