Imagen de perfilESPERÁNDOLA LLEGAR

Alberto Arroba Malpica 

Son las nueve de la noche, y ya es una evidencia verla sentada frente a la puerta de mi despacho esperándome salir. Durante meses, he intentado explicarle lo difícil que es otorgar un indulto y que es mejor que esté preparada en previsión de lo que pueda ocurrir. Pero ella no me escucha, sólo habla de lo joven que era, de lo injusto que fue y de que no hay un solo día que no deje de pensar en él.
Hoy es miércoles y hace días que no la veo, desde que notificaron la suspensión de la condena. Ojalá pudiera estar con ella, pero sé que al marcar las nueve no estará frente a mi puerta, su lugar estará frente a la cárcel, sentada sobre su silla, esperando ver al hombre que tras arruinarle la vida, ahora pasea en libertad.

 

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