Petitum de un ranchero enamorado

Alvaro Gimeno Ruiz · La Almunia, Zaragoza 

En el reparto de hoy me había tocado una demanda con un súplico peculiar: “ Señoría: Yo le pido la razón, y por eso le suplico, que acuerde la expropiación de la finca en cuestión, así como la dación por parte mi ex mujer, que reside en la heredad, de mi viejo saxofón, y de un dorado botón que falta a mi pantalón”. Dado que la Ley de Enjuciamiento Civil no establece si la petición del demandante debe realizarse en verso o en prosa, la petición fue admitida, si bien, para evitar una repetición de la película Juicio de faldas, el Secretario hizo constar en la citación para la vista que “La comparencia ante el Tribunal deberá realizarse el día quince, evitándose, salvo en caso de que fuese estrictamente necesario, la utilización de instrumentos musicales o de otros que no sean necesarios para la tutela de la pretensión formulada”.

 

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