EL VIEJO TEATRO

ANA CORTÉS BENDICHO · VALENCIA 

Todos los días pasaba por allí camino del trabajo. Y siempre sentía nostalgia al recordar que, entre aquellos muros, hoy cayéndose a pedazos, tuvo su madre sus momentos de gloria. Adelantada a su tiempo, no solo fue la primera abogada de aquella capital de provincias, sino también la única música de jazz que consiguió llenar el teatro ahora en ruinas. Por el día defendía a truhanes, y por la noche, desgranaba notas evocadoras mientras repasaba mentalmente su último caso. Por su memoria, como dación de amor, decidió rendirle un último homenaje. Decretada la expropiación del antiguo teatro para su conservación, sin razón aparente se acordó demolerlo para ampliar una urbanización colindante. El día señalado, sobre el ruido de las máquinas podían escucharse las notas de un saxofón, que no cesaron hasta que el botón de mando de la excavadora puso fin al derribo dejando sus recuerdos convertidos en escombros.

 

 

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