ANIVERSARIO

ANTONIO ENRIQUE ORTEGA MONTORO · JAɐN 

Unas vacaciones pagadas por papaíto en Boston para comprar un carísimo máster de gestión de recursos humanos, bastaron para que impusiera a la junta directiva sus ideas visionarias “claves para el futuro del bufete”. Y así nos vimos de camping cinco letrados, preparando el pleito más importante de nuestra carrera, con un menú de bocatas y apretujándonos en torno a una hoguera para combatir el frío. No contento con ello, aquel genio se sumó entusiasmado a la experiencia, “para testarla y estrechar lazos de camaradería”. Supongo que bebimos demasiado y la comisión de los hechos –disculpen la deformación profesional –, la recuerdo envuelta en un aura de irrealidad, pero lo cierto es que dejó la empresa, ganamos el caso, y desde entonces los cinco nos reunimos secretamente cada año en el lugar de la acampada, para conmemorar con una mezcla de complacencia y vergüenza lo que ocurrió aquella noche.

 

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