Sus largas piernas

Maria Reina Hernandez 

Me enamoré de ella durante la pasantía. Fueron sus largas piernas blancas y pecosas atravesando el pasillo de la oficina las que hicieron surgir en mi el amor. Pichón, pichoncito mío?su voz me llegaba a través de las paredes de falso ladrillo y aunque esas palabras no iban dirigidas a mí, si no al jefe del departamento, yo las sentía como propias y únicas. El legajo que alguien había dejado en mi mesa de escritorio compartida se llenaba de corazones quebradizos de tinta, ¡qué iba a hacer si en mi mente no había otra cosa! Alguien dijo que se encontró con un corazón roto sobre el casillero en el que debía estar escrito el monto de un seguro a cobrar. La cacería que emprendió el jefe pronto dio conmigo como culpable. Desde entonces mi corazón anda desempleado y en huelga.

 

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