Turno de oficio

María de Gracia Peralta Martín · Toledo 

Estaba en mi bufete absorbiendo como una esponja el conjunto de hechos que formaban la causa. No podía obviar ningún detalle, prometía ser un juicio con bastante repercusión mediática. Me sentía segura, optimista. Anoche dije a mi pareja que aceptaba nuestro compromiso. Como abogada de oficio me habían asignado la defensa de un individuo que había asesinado presuntamente a su esposa. Una historia escabrosa. Mi futuro defendido conquistó a una acaudalada señora y se casaron. Habían encontrado el cuerpo de la mujer, mutilado y enterrado en su jardín. Me dispuse a conocer a mi cliente. Salí a la calle y entré en mi coche. Un agente de policía tocó el cristal de mi ventanilla. Estaba detenida por ser cómplice de asesinato. En la billetera del acusado habían encontrado una fotografía mía. Nunca supe a que se dedicaba mi prometido. Miré mi dedo anular y observé el diamante del engaño.

 

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