Clase Magistral
Martía Teresa Cabrera Mut · ValenciaSalió un día tan nubloso que parecía que estuviese anocheciendo. Alicia se levantó malhumorada porque se acostó tarde analizando la encuesta de sus alumnos que la calificaban con una nota poco halagüeña. Antes de marcharme a clase le vi un botón descosido, pero no se lo dije para no agobiarla así que, después de colocar los libros en mi mochila, le di un morreo de despedida, aunque en la facultad volvería a verla. Llovía copiosamente formándose grandes burbujas en el suelo. Sin bicicleta posiblemente llegaría tarde: no importaba, la primera clase era un rollo. Finalmente me la perdí por lo que esperé impaciente la siguiente, la de administrativo, mi preferida. Ya en el aula, mientras observaba el aguacero, hizo entrada la majestuosa profesora. Tras su saludo comenzó la clase. “Hoy analizaremos diversas instrucciones aclaratorias del último decreto”, dijo mientras el botón de la blusa se desprendía cayendo al suelo.