Abogado del Diablo

Iñaki Olabarría · Pasaia (Guipúzcoa) 

La decisión estuvo rodeada en sus orígenes de secretas confabulaciones, e inesperadas traiciones entre los propios Dioses encargados de designar un abogado, que asistiera al Diablo en el juicio instado contra él por la Diosa de la Justicia. Todos querían defender al mismísimo Señor del Mal, cuya capacidad económica atraía a los bufetes de abogados más prestigiosos, deseosos de representar a un cliente tan distinguido como solvente. Pero la trampa ya estaba tendida. A medida que entregaban los letrados sus solicitudes en la ventanilla correspondiente del Templo de la Justicia, como si de una maléfica esponja se tratara, el Diablo absorbía instantáneamente las capacidades, conocimientos y experiencias de los candidatos, que quedaban abandonados a un incierto y desesperado futuro, cargado de culpa y arrepentimiento. Y después de muchos sobornos y traiciones, el Diablo consiguió convencer al conjunto de los Dioses para que le permitieran defenderse a si mismo.

 

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