Imagen de perfilABOGADO DE PELÍCULA

William Teixeira Correa 

Mi padre, economista y bastante tradicionalista, siempre me decía: “Hijo mío, lo más importante en la vida es promover una sociedad productiva, inclusiva y con pleno empleo, donde se aspire a mantener un crecimiento sostenido”. Pero yo siempre fui fantasioso y soñador, como mi madre, que era actriz. Y aunque al final elegí una profesión tradicional, como él, nunca dejé de soñar con ser un personaje de película y vivir experiencias extraordinarias. Quizás por ello por mi despacho ha pasado un “hombre araña” detenido por escalar edificios públicos, una sirvienta abusada por su madrastra, un jorobado que invadía iglesias para tocar sus campanas, y hasta un payaso asesino. Sin embargo, quien más me marcó fue, sin dudas, “El Camaleón”. Experto en robo de identidad, hoy, gracias a mí, está libre; mientras que yo, cuando no estoy levantando pesas o planeando mi venganza, mato el tiempo escribiendo microrrelatos en mi celda.

 

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