Orgullo paterno

Jesús García Pérez · Madrid 

Tras los fastos navideños se imponía una vuelta urgente a la realidad de la crisis. El desayuno, frugal, nada que ver con los manjares dignos de un gourmet de los días precedentes. Encontró la carta junto al ya obsoleto árbol de navidad. Nada más abrirla reconoció la letra de los niños. Comenzó a leer y una mueca de asombro se esculpió en su rostro. La apelación era intachable. Era un escrito perfectamente ordenado, claro, consecuente y conciso. En él, solicitaban la presencia en el Juzgado de lo Reyes Magos para expresarles en persona su disconformidad con los presentes recibidos y exigían una compensación por la escasez de regalos. La postdata, solicitando los servicios de su propio padre como letrado, consiguió devolverle la sonrisa.

 

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