La insensata confianza

Francisca Serna Cabezas · Alcoy (Alicante) 

Angela, fiscal de los Juzgados de Alicante,se relajaba en su despacho, cenando verdura y escribiendo canciones del gran Sabina. Al otro lado, su marido, Diego de la Vega, abogado confiado donde los haya. Su joyita, su pasante Miguel. ¡Mañana Juicio! Miguel me ha preparado interrogatorio de parte y al perito. Ni lo leo. ¡Confio en él! exclamo. Angela dió un beso a Diego y se acostó olvidando sus canciones sobre la cartera del letrado. Ya en Sala… Con la venia ¿Pasaba de los 20 el mayor de los tres chicos que le atracaron el mes pasado? ¿Dijeron no te hagas el valiente que me pongo muy nervioso si me enfado? y… Le robaron un peluco marca Omega??¡¡¡?? ¡PROTESTO! gritó la Defensa. ¡DIOS! ¿Mis alegatos la letra de una canción de Sabina? Exclamo Diego mirando sorprendido a la fiscal. A su lado alguien no pudo contener una carcajada, era Miguel.

 

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