Cuentos reales

Ana Eva Suárez García · A Coruña 

Mi niñez se empapó de dulces y fantásticos cuentos reales que Pedro el gourmet, antes marino, me contaba mientras me enseñaba a apreciar los mejores sabores de la vida. Hoy, la mayor parte de las historias que escucho, en el juzgado, son grises; vidas en crisis que posiblemente querrían huir en el barco de Pedro, como yo. Desapareció sin despedirse y nadie supo ni quiso darme ninguna explicación. Quise imaginar que era un pirata defensor de niños, de causas justas; un abogado del mar. Hoy nos hemos reencontrado. Yo, su aprendiz, he sido su juez .La defensa tenía una apelación lo bastante convincente para que los cargos que se le imputaban quedasen anulados. Sin ningún disimulo, se acercó a mí, sacó un trozo de pastel del bolsillo y una botella con un mensaje y me dijo: «Te lo debía, muchacho».

 

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