Asturias
Sandra María López Martínez · Gijón¡Clock!, cada hora cuenta; ¡Tick-tack!, cada segundo es decisivo. Las manecillas giran sobre la esfera blanca. El tiempo no se para nunca?¡Estoy de crisis nerviosa, la tensión me llena! Mis ojos casi han abandonado sus cuencas; no puedo seguir mirando y tuerzo la cabeza. ¡Pero lo que veo es más horrible aún! Al otro lado del cristal que cierra la cámara, mi verdugo aguarda. Es un hombre de proporciones monstruosas; una tela negra le cubre el rostro y no aprecio sus rasgos?¡Pero sí sus ojos y la indiferencia que reflejan me aterra!… él es el cocinero y yo el gourmet del plato de la muerte. Perdida la última apelación, no tengo esperanzas, lo que hice está juzgado y sólo me queda el indulto?condenado por matar a dos niños?¡No tengo esperanzas!… ¡Clock! La manecilla grande gira, todo el reloj se para y el verdugo se mueve ¡Es mi hora!