Al contado

María Teresa Ganfornina Rus · Jaén 

Cuando salgo del juzgado, como buen gourmet, me gusta ir al mercado. El carnicero, el pescadero … todos me proveen y yo, con crisis o sin ella, a todos les pago al contado sin apelación alguna. Tantos euros son -me indican- como estos -les contesto- entregándoles la cantidad demandada. No espero a ingerir los suministros para cumplir con mi obligación, sino que pago de inmediato. Si después no me gusta lo que consumo, le compro a la competencia: es mi castigo. También pago el colegio de los niños -al contado claro- y éstos suspenden. No condiciono mi deuda a que aprueben. Yo primero pago y después … ¿Seré el único imbecil al que exigen resultados para luego intentar eludir el pago? Perdón, casi se me olvida: soy abogado.

 

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