ADIÓS, COMPAÑERA
ANA MARIA VIÑALS LORENTETe he acabado queriendo pero hasta aquí hemos llegado. Nuestros inicios no fueron sencillos aunque con el tiempo te he cogido cariño. Cómo no hacerlo. Gracias a ti tuve la oportunidad de empezar a salir otra vez a la calle y erradicar el miedo que, tras meses de encierro y de manera global, se había apoderado de mí. Retomé varios casos abandonados durante el confinamiento y, después de haber pasado largas jornadas teletrabajando entre cuatro paredes, pisé nuevamente los juzgados para defender los intereses de mis clientes. Ni siquiera me afectó el hecho de no poder llevar la toga. Tu protección me bastaba. Fui capaz de luchar como antes por conseguir la igualdad de todos los trabajadores tratando de evitar que, ante despidos improcedentes, cayeran en la pobreza. Pero ya es suficiente. La pandemia ha terminado y tú, querida mascarilla, vas directa a la basura.
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Ana María, un relato muy bueno y con un sorprendente final.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Un saludo.
¡Muchas gracias, compañero! Te deseo mucha suerte a ti también. Saludos.
Qué ganas tenemos todos de poder decir la frase final, desde el punto seguido, solo es cuestionable lo de «querida», pero ahí está la fina ironía.
Un relato que juega muy bien con el segundo sentido. Desde el principio pensamos en una persona cercana e importante, pero el apoyo venía de un trozo de tela.
Un saludo, mi voto y suerte, Ana María
Una despedida tan deseada como bien contada. Un relato original y divertido, enhorabuena, mi voto y todo lo mejor para 2021. Un saludo
Ana, conmovedor, ingenioso y divertido. Suerte!
Muy bueno. Un final inesperado y no por poco usado. Mi voto y enhorabuena.
No, si al final las echaremos de menos, aunque estoy segura de que nos acostumbraremos de nuevo a las sonrisas.
Hasta entonces, tu relato nos sirve como entrenamiento.
Un saludo, Ana María
Original propuesta, ¡buen trabajo!