Tranquilo

Mathias Victor Gonzalez Mujtarian · Montevideo 

Todo lo que se encontraba en aquella habitación era testigo de aquel brutal asesinato a sangre fría. La victima yacía en el suelo, y la mancha de sangre impregnada en el parquet hacía a la imagen aterradora. Un cartel con la palabra “prohibido pasar” en la casa aterraba al pueblo. El dueño de la casa, el profesor Ramiro, no podía creer lo sucedido. El cadáver de Tranquilo, el pequeño gato de la familia, era llevado a la morgue, mientras que los acusados esperaban la sentencia. Si bien los asesinos habían amenazado a la victima reiteradas veces, la defensa acusa al pequeño felino de provocar a los Rottweiler de la familia, hoy en día presos. Mientras que Ramiro marca en su táctil para darles la noticia a los demás integrantes de la familia, los vecinos reclaman justicia y otros en aprovechan para hacer sus reclamos contra la explotación animal.

 

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