Tras el puente

Álvaro Giménez García · ORIHUELA (ALICANTE) 

Cuando aparece el juez con aire circunspecto y mirada nublada, no puedes evitar una pequeña sonrisilla, al revivir, algo avergonzada, su actitud juguetona de la otra noche en tu alcoba. Te vienen a la mente la cantidad de recursos que usó para desvestirte y, sobre todo, (aquí casi sueltas una carcajada), la máscara de calabaza que se puso para recrear la fiesta de Halloween y los inocentes sustitos que te daba con ella mientras yacíais desnudos. Lo recuerdas, mientras haces el alegato final, sabiéndote ganadora del caso, ya que, (y esto lamentas no haberlo presenciado), el juez así lo habrá decidido al ver vuestras fotografías, (ambos desnudos y él, además, en algunas encalabazado) y temer que su mujer sepa cuán relajado había sido para él el congreso de magistrados, ese al que acude puntualmente cada puente de Todos los Santos junto a una joven abogada como tú.

 

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