Pesadilla

Francisco Fernández Núñez · Torrelavega (Cantabria) 

“¡Soy inocente!”. La gente pasaba y miraba de reojo, pero no se paraban. Desde lo alto del Puente de la Calabaza, el hombre seguía gritando: “¡No he hecho nada!”. Cuando la policía subió a por él, estaba nublado y ya anochecía. “Tiene que acompañarnos. Venga, venga…”. De repente despertó. Su mujer le agarraba del brazo mientras susurraba: “Venga, venga, levanta. ¿No tenías que acabar ese recurso?”. Un sentimiento de alivio le confortó como un bálsamo. “He tenido una pesadilla horrible. Surrealista. Iba para el despacho con mi traje, mi paraguas, mi maletín de piel marrón, impoluto, pero todos me miraban, me apuntaban con el dedo. ¿Qué pasaba? En un escaparate me vi. ¡No llevaba corbata! Me empezaron a perseguir, la policía me buscaba. Fue horrible”. Su mujer le miró dulcemente y sonrió. “Hoy tú tranquilo cariño que es domingo, pero espabila que a las dos comemos con tus padres”.

 

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