Cortocircuito

Belén Solesio López-Bosch · Pozuelo de Alarcón (Madrid) 

No era más que una inocente calabaza de Halloween con su expresión maligna grabada a fuerza de cuchillo, pero a mi se me antojó el mismísimo belcebú presto a llevarme con él. Mi cerebro nublado por el exceso de trabajo -día y noche encerrado en un oscuro despacho mal ventilado, redactando solicitudes, reclamaciones, demandas, recursos…; acorralado por inexpugnables torres de legajos que apenas me permitían moverme- sufrió un fulminante apagón neurológico. Cuando recuperé la consciencia, me contaron que de un manotazo estrellé contra el suelo la apetitosa piruleta de un pequeño fantasma, luego pateé la cesta llena de caramelos de una bruja canija que acabó llorando desconsolada y después traté de estrangular al esqueleto de tamaño natural que adornaba la tienda de comestibles; por último me arrojé desde el puente de la catedral. Mañana me dan el alta; podré volver al juzgado, tengo trabajo pendiente…

 

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