Toga y calcetín
Ricardo Saiz Gómez · MadridTengo una tortuga sabia y en su terrario hay un calcetín con tomate que nadie se atreve a quitarle. Como si de un indicio se tratase, cuando ve nubes negras, se enfunda el calcetín y asoma la cabeza por el agujero a la espera de las primeras gotas de lluvia. Nos parecemos mi tortuga y yo. Los días de vista en el juzgado, como días de tormenta, a la hora de mi alegato yo soy como el animal y mi toga es su calcetín.