Inocente sin duda

Luis Planes García 

El abogado defensor se afanó en su alegato, resaltando muchísimo, que la acusación se basaba en algún que otro indicio. Por supuesto, no dijo nada del calcetín empapado en sangre, encontrado en el coche del procesado. Para sorpresa de todos, el presunto asesino fue declarado inocente. Tras finalizar el juicio, el abogado se alejo de los juzgados con parsimonia, como una tortuga alejándose de la playa bajo la lluvia. Pensaba, mientras caminaba en que nunca había estado tan seguro de la inocencia de su defendido. Conocía aquel caso hasta en el mínimo detalle. Porque el asesino era él. ¡l había entrado en la vivienda y le había segado el gaznate a su molesto vecino. Luego arrojo el calcetín en un coche con la ventanilla bajada que estaba vacío, en doble fila. La vida, pensó, se compone de casualidades.

 

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