Poderoso vino

Cristina Sánchez Martínez 

Escribía en su teclado mientras tomaba un copa de vino, recordando lo fácil que había sido deshacerse de su mejor cliente, el poderosísimo Lucas Stein, dueño de la mayor industria vitivinícola del país, y poseedor de una inmensa fortuna. Pese a la denuncia interpuesta por un pariente lejano, y a la firme acusación mantenida durante todo el litigio por el Fiscal, finalmente no quedó probado que la causa directa de que el magnate se inflara como un globo para quedarse finalmente sin respiración, fuera la ingestión de un vino envenenado cosechado en su propia vendimia. Como abogado había sido tan astuto…. Se había encargado de todo: de la redacción del testamento del Sr. Stein, de su asesinato … Sin embargo, había cometido un error imperdonable, y ahora era él quién debía darse prisa en redactar su propio testamento. ¿Por qué no se le ocurrió marcar las botellas envenenadas?…

 

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