Asuntos pendientes

Roberto ¡µlvarez Sastre · Barcelona 

El teclado dejó de sonar, Pascual Fernández, abogado, estiró los brazos y bostezó. La denuncia ya estaba redactada. Eran las ocho de la tarde, miró el otro asunto que tenía encima la mesa y bostezó, no eran horas ya para empezar a plantearse aquel litigio. Pascual Fernández cada día a esa hora se dedicaba a meditar. Una vez más recordó aquel año en el que, todavía siendo estudiante, se fue a trabajar a la vendimia. Aquel verano conoció a Marta, su primera esposa. Los ojos se le humedecieron pensando en ella. Cuando se deshinchó el amor, como un globo, tan sólo se salvó en su recuerdo aquel mes de agosto. Empezaba a oscurecer. Dejó el ordenador apagado, el grueso expediente cerrado y un corazón dibujado con el nombre de Marta en el calendario de sobremesa y cerró una vez más la puerta del despacho.

 

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