Volodymyr Smereka
Microrrelatos publicados
Mi derecho a leer
Cuando leía apenas podía estar quieto, cualquier postura solo me duraba cinco minutos. Tomé la decisión a los cuarenta, la transformación iba a ser lenta pero a partir de los sesenta calculaba yo que iba a completarse de forma eficiente. El desafío que me propuse era cuestión de técnica artificial y de aplicación del derecho en el campo de la robótica.
Las leyes regulaban el desarrollo de los cyborgs, pero se carecía de respuestas sobre las implicaciones derivadas que un humano pudiera considerar convertirse en un robot.
Empece con pequeñas sustituciones: una mano artrítica y un ojo con glaucoma. Pero al cabo de unos años las operaciones fueron más arriesgadas: el lóbulo occipital, el temporal, el tronco , las extremidades,...
Hoy puedo decir que soy un robot perfecto, dispongo de una capacidad autónoma de lectura de 700.000 terabytes y para la comprensión de la misma puedo apoyarme en equipos externos.| Abril 2019
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