Nuria Rozas
Microrrelatos publicados
Nunca jamás
Representar legalmente a todo ser vivo metido en líos formaba parte del derecho consuetudinario de aquel lugar, sin importar la gravedad del delito ni lo desfavorecido que fuera el acusado. Así que, dada la similitud del caso, a ella se le asignó el abogado que en su día consiguió la absolución del ilustre cocodrilo.
El letrado demostró que el malogrado capitán debía haber ido con más cuidado cuando echó mano al calcetín que se le había perdido entre los cactus, donde discretamente agonizaba su cliente, la última “Dionaea muscipula”, que no pudo evitar darle un pequeño bocado llevándose el meñique, cegada por el hambre. No tuvo culpa de que, en aquel lugar de ensueño, hubiesen borrado todo rastro de las moscas que afeaban el cuento en el que, aquel capitán, no volvería a bajar de su barco nunca jamás.| Julio 2019
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Votos recibidos por la Comunidad: 44INOCENTE
Aquel deshollinador tan sonriente y cantarín les parecía de lo más repelente, algo inaceptable como causa de despido, así que aprovecharon para echarlo en cuanto varios propietarios lo acusaron de tejas caídas. Él, por su parte, puso un pleito a la comunidad con un abogado famoso por su arte en conciliar y en conseguir siempre las pruebas necesarias, como la videograbación de ese mismo día en la que se podía ver una camisa tras otra desprenderse de los tendales para bailar entre hojarasca, lo que señalaba al viento como autor de los hechos. Suerte que a la estrafalaria niñera de uno de los estirados vecinos le había parecido tan graciosa la imagen como para grabarla, y suerte que llevaba de todo en su bolso, incluso un paraguas mágico capaz de manipular la fecha de la grabación.
| Febrero 2019
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