Natalia Anabela Sanz
Microrrelatos publicados
La sangre del reo
Él conocía la diversidad humana. La había visto en la corte del emperador donde, con intrigas y traiciones, cada integrante trataba de fortalecer sus posiciones. Con seguridad, podía reconocer las bajezas de sus semejantes y eso le permitía anticiparse a sus conductas. Ese talento y su propia habilidad para intrigar apenas le había valido una gobernación en el rincón más gris del imperio. Una responsabilidad indigna de sus aspiraciones. Soñaba con regresar a la capital. Recorrer sus calles coloridas, ruidosas y sus noches lujuriosas. Pensaba en esto, mientras miraba con hastío el recinto colmado por los sacerdotes, ancianos, escribas; todos reclamando un veredicto urgente. Reconocía en cada uno de ellos la envidia y los celos que le provocaba el reo. No encontró ningún delito en su conducta y trató de salvarlo con argucias, pero fue inútil.
Entonces, mandó a traer agua y se lavó las manos.| Agosto 2021
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