Juan Carlos Colás Ruiz de Azagra

Microrrelatos publicados

  • Anhelo

    La producción de la industrial textil se paralizaba hasta conocer su nuevo catálogo primavera-verano. El Da Vinci del pret a porter le había llegado a llamar algún crítico de moda. Invertir situaciones adversas y su capacidad de adaptación siempre fueron sus mayores virtudes. Portadas, viajes, flashes y mucho glamour. Doce años hacía ya que se había visto obligado a desatornillar la placa de un despacho que sólo pudo disfrutar unos pocos meses, cuando su madre, al enviudar, le pidió ayuda para mantener el pequeño negocio familiar de costura. No le había ido mal, pero ahora, cuando la fiesta termina, en su soledad y con luz tenue, baja una vieja toga del altillo, se la pone y frente al espejo Garnett colocado sobre la cómoda, todavía se lamenta.

    | Mayo 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • Una nueva vida

    Cerró con llave la puerta de su vivienda. En una mano el asa de un maletín de cuero rancio, en la otra, como cada mañana de lunes de semanas alternas, cinco deditos se agarraban con fuerza, jugueteando con los pelos que asomaban cerca de los nudillos. De camino al cole, narraciones con aspaviento de los que un día fueron sus mejores alegatos, de la admiración de sus compañeros y del respeto de sus señorías, ganado durante años de ejemplar ejercicio. Ella escuchaba con fascinación y algo de perplejidad. Tras unos quince minutos escasos, un besito en la mejilla que sabía a gloria amarga. La despedida. Después, un largo camino, un banco apartado, mobiliario urbano, un pequeño bocadillo y el material de los sueños. Sonreía, él era un resiliente y después de aquella mala racha, podría construir una nueva vida.

    | Marzo 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 6

  • La última máquina

    El crecimiento de las denominadas filas del hambre alcanzó a finales del 2.035 niveles inimaginables una década antes. La carencia de suministro de los más mínimos recursos para la población, contrastaba con la opulencia no disimulada de una minoría.
    Semi oculta entre unos contenedores del extrarradio, el ruidoso parpadeo de unas luces llamó la atención de una docena de bulliciosos transeúntes. Se trataba de la última máquina expendedora SOJ, tal y como rezaba un pequeño letrero junto al lema proteger al necesitado.
    El más osado o hastiado dio una patada en su base. El holograma de un abogado de turno de oficio apareció ante ellos. Tras una primera exclamación tumultuosa, la más anciana refunfuñó ¡bah! había oído hablar de ellos, son como los demás. ¿Usted cree? Respondió el letrado. Y sin saberlo dio comienzo una revolución.

    | Febrero 2021
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     Votos recibidos por la Comunidad: 3