José María Rodríguez Gutiérrez
Microrrelatos publicados
UN ÚLTIMO ACTO DE CONTRICIÓN
Cuando el juez alzó la mano para darme la última palabra, pude ver los tatuajes que ocultaban sus puñetas, recuerdos de un pasado más convulso y menos honorable en el que compartimos alcohol y delincuencia. Mi abogado había hecho un gran trabajo -Anote mentalmente no olvidar mandarle una cesta por navidad-: había desmotado la versión de los testigos y hundido la credibilidad de los peritos. Mi absolución era segura, pero mi conciencia me empujaba al abismo y hacía tiempo que había puesto fecha de caducidad a mi libertad. Estaba cansado de huir como un vulgar ratero. Me puse en pie, tomé aire y, muy lentamente y ante el asombro general, me confesé culpable de todos los cargos. El juez me sonrió indulgente y me abandoné a aquella plácida redención. Sólo lo sentí por mi letrado. Cada noche, en mi celda, recuerdo su cara de decepción y rezo por él.
| Enero 2017
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 5Vita nova
“Este es el año cero de tu nueva vida”, se dijo el abogado acomodándose los canosos cabellos ante la pantalla apagada del ordenador, en la que un rostro marchito y desencantado le devolvía la mirada sin una sonrisa. “Al fin y al cabo, este era el plan, ¿no? Colgar la toga para alcanzar la seguridad que acabase con la ansiedad, los remordimientos y las minutas impagadas. ¿Por qué entonces esta sensación de vacío, esta congoja que me ahoga, recordándome constantemente mi insignificancia?”. El ex letrado se enfundó su nuevo uniforme y cargó con aquellos instrumentos laborales con los que aún no estaba familiarizado. Sus pies, otrora enérgicos y dispuestos, se arrastraban ahora lánguida y perezosamente. Atrás, no tanto en el tiempo como en certeza e imposibilidad, quedaban ya demandas, recursos, vencimientos, juicios… Lenta, temerosamente, giró el picaporte y abrió a puerta. “¿Se puede, Señoría? Vengo a limpiar su despacho”.
| Enero 2016
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 4