Fernando Longoria

Microrrelatos publicados

  • Una pequeña ayuda

    El demandante reclamaba de forma reiterada al Juez, que se trataba de un claro delito de lesiones.

    -¡Señoría, resulta escalofriante la patada a la altura de la rodilla, es evidente que existía mala fe! Mi representado ha tenido incluso que utilizar una loción curativa para regenerar los tejidos rotos - decía -.

    El demandado en una posición más tranquila, negaba los hechos alegando falta de legitimación pasiva por no ser la persona que cometió los hechos.
    El público de la sala parecía disfrutar, incluso algunos llevaron hasta su bolsa de palomitas. Su señoría se levantó en el acto, no lo tenía claro, y comunicándose con los jueces de la sala contigua hizo un gesto con la mano en forma de cuadrado, a modo de Rey. El VAR jurídico no fallaba. Tras una pequeña pausa y tras ver las imágenes repetidas, efectivamente era roja y sentencia condenatoria.

    | Enero 2019
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  • Legislar a golpe de noticia.

    Los acusados, tres chicos de dieciocho años que se conocían desde el colegio, presuntamente habían mantenido relaciones sexuales no consentidas con una amiga.
    La versión que estos mantenían era que la presunta víctima, había subido voluntariamente a la habitación y había mantenido relaciones con los tres varones a la vez. Tenían testigos incluso, que estaban en la fiesta, que daban fe de que la chica subió voluntariamente sin mediar engaño.
    A la hora de declarar, la presunta víctima, y tras un largo sorbo de agua respondió lo siguiente:
    - Es cierto que yo mantuve voluntariamente relaciones con los tres pero a la semana me sentí mal, como si fuera una tortura emocional, así que los denuncié.
    - Pero, ¿usted dijo en algún momento un sí expreso?- preguntó su abogado-.
    - No, en ningún momento, pero sí fue tácito. -reconoció-.

    Diez años de prisión para cada uno fue la sentencia.

    | Julio 2018
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  • La doble moral

    El abogado laboralista apareció en sala, con un expediente bajo el brazo y un caminar elegante mientras saludaba a su señoría y se acercaba a la tribuna. Luchaba por hacer justicia ante la situación laboral de miles de falsos autónomos, que acudieron a éste para hacer valer sus derechos.

    - Es intolerable ésta situación señoría, la Ley es clara al respecto y muchos de ellos ni siquiera eran retribuidos por un supuesto aprendizaje eterno- concluyó.

    El abogado de la empresa, una vez finalizado el juicio se acercó a su compañero contrario para hablar en la intimidad.

    -¡Lo que haces es una traición! Sabes perfectamente que hasta en tu propio despacho tienes varios letrados de pasantía, sin convenio, sin salario y trabajando unas catorce horas diarias. - Le recriminó.

    - Compañero -Le dijo- el día que me demande uno de mis pasantes por éste motivo, entonces será cuando merezca la contratación.

    | Abril 2018
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