Salvador Soler Campos

Microrrelatos publicados

  • EL ABOGADO QUE SOÑABA CON GANAR UN CASO

    "Debo desestimar y desestimo". Esta es la musiquilla con que me obsequian los tribunales desde que inicié mi gloriosa carrera como jurista. Lo afirmo sin rodeos: pierdo todos los casos. El asunto se torna enfermizo, al punto que consumo mi presupuesto a partes iguales entre la consulta del psiquiatra y los depósitos para recurrir. Ayer perdí un divorcio, y eso que era de mutuo acuerdo; pero los cónyuges se reconciliaron en el último momento, obsequiándose con un beso de tornillo ante mi estupefacción y la fe del Secretario. Reflexionando en casa, he llegado a la conclusión de que mi formación jurídica, lejos de ser sólida, presenta más agujeros que una rebanada de pan cristal. Pero no cejo en mi empeño de ganar; así que me he demandado a mí mismo con idea de allanarme. Y ¡mira por dónde! mis dos yo han alcanzado una transacción. Lo dicho: no hay forma.

    | Julio 2015
     Finalista
     Votos recibidos por la Comunidad: 12

  • Gracias, señores de la Academia

    Mis informes forenses eran envidiables, tanto como el prestigio de mi bufete; pero me sorprendió la invitación. Era excepcional, a mi edad, ser invitado a la celebérrima Academia, institución integrada por letrados eméritos. Su programa incluía una tertulia semanal, y la tradición exigía que cada neófito reconociera un error en el ejercicio de la profesión.
    Tomé el micro algo nervioso:
    - Mi cliente, narco arrepentido, recibía constantes amenazas de muerte de un compinche al que se negó a ayudar. Una noche disparó a la persona que trepaba el cerco del chalé. Resultó ser su hijo, que había olvidado las llaves. El fiscal pidió treinta años, y yo…
    - Usted debió alegar legítima defensa putativa –interrumpió un eminente jurisconsulto-, el Supremo la estima en estos casos. Pero ya es tarde.
    - O no –repliqué consultando el reloj.
    Me dirigí raudo al juzgado. Mi cliente no probó el pan de la prisión.

    | Abril 2015
     Participante