¡Sorpresa!
laura pilato rodríguezEl inesperado sobreseimiento del caso dejó libre a mi cliente, y a mí con tiempo suficiente para comprar un regalo de aniversario, y darle una sorpresa a mi mujer. Me suele acusar de no tener detalles románticos, y de que soy un adicto al trabajo. Así que esta vez no tendrá nada que reprocharme.
Aparco el coche a unos metros de la casa, cojo el regalo, y al acercarme… ahí está; bajo el panel del porche, comiéndole los morros a su entrenador personal. No me lo puedo creer. Yo todo el día corriendo del despacho a los juzgados, intentando ser un marido ejemplar, y me engaña con ese Rambo de pacotilla. Pues ella se lo pierde. Me voy a redactar la demanda de divorcio, pero antes pasaré por la tienda a devolver la aspiradora.
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Es mejor que tu «romántico» abogado guarde la aspiradora. Esto de los divorcios nunca se sabe como terminan, y lo que hoy parece un trasto inútil puede acabar llevándote a lo más alto. Depende, claro, de a cuanto aspires. Jjajajaja.
Mi voto
Jajajajaja bien visto! Gracias por el voto!
Creo que una aspiradora tampoco era un regalo muy romántico, pero en fin, la pobre mujer se quedó sin aspiradora y sin marido. Esperemos que el entrenador personal no le dé otra sorpresa. Muy entretenido el relato Laura, me ha gustado, cuenta con mi voto. Saludos.
Espero que se entienda bien lo de la aspiradora, por si acaso lo aclararé… Era el toque final que dá a entender que para él lo más importante que aporta su pareja son las labores del hogar. Como pasa en muchos matrimonios tradicionales.
Muchas gracias por tu voto, un saludo! :)
Basada en hechos reales. Como todo honesto lector de microrrelatos me atrevo a hacer un breve ejercicio y pondré un poco de mi parte: Se ve claramente que este matrimonio no remaba en la misma dirección. Tu personaje acabará siendo un brillante abogado de pelo cano y despacho forrado en caoba, sin más vida propia que sus pleitos. Ella, después de descubrir que el Rambo de pacotilla va destrozando corazones, irá en busca de su primer amor, aquel que un día guardó una aspiradora en el almacén de su despacho, como recuerdo de una mujer que le traicionó, como memorando de un amor roto en mil pedazos que jamás podrán unirse. Muy bueno tu micro Laura. Suerte y un abrazo.
Me gusta tu desenlace, totalmente: Ella se dará cuenta de que él solo la quería como ama de casa y encontrará la felicidad en outras personas. Muchas gracias!
Por desgracia, muchos maridos son así de «románticos» (conozco a unos cuantos), y aunque ellos piensen que sus intenciones son buenas, no te cuento el mal sabor de boca que te dejan en un día que debería ser especial y que, al final, terminas temiendo: «a ver qué toca este año».
Una empieza empatizando con él, sin duda alguna, pero la última frase le da un vuelco a la vez que arranca una sonrisa.
Maravilloso, Laura. Un besazo.
Con lo que me gustan a mí las aspiradoras, no entiendo a esa mujer.
La cantó Rubén Blades: «La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…». Yo, por si acaso, siempre llamo a la puerta, al menos dos veces, como el cartero. Divertido relato, tan bien escrito como acostumbras. Mi voto, mi enhorabuena y un saludo.
Muy buena historia. Llena de sorpresas y no solo por el título. Igual, por continuar la historia, el nuevo amor de la mujer le llenaría después la casa de chismes y aparatos de deporte y productos de crecimiento muscular. Tampoco tendría que haberse puesto así el abogado. No es para tanto. Bien que podría aspirarse un poco el ego y mirar hacia otro lado en sus múltiples quehaceres. Mi voto, mucha suerte y un abrazo.
Ah, la vida y sus sinsabores. Tienes mi voto.