Un día cualquiera

Adrian Di Pizzo Chiacchio · Salou (Tarragona) 

Viernes por la noche. Frío. Lluvia. Relámpagos. Abre la puerta de su apartamento con el temple que le caracteriza. Observa el espejo del recibidor. Contempla la luz de la luna invernal reflejada en él, y su lánguida sombra. Sus ojos, cansados. Y el recurso de suplicación, fuera de plazo. Se desprende del maletín de cuero auténtico. Enciende la luz. Cierra la puerta. Empapado, tiene hambre. Se sienta en una silla de madera del comedor. La más próxima. De su frente caen gélidas gotas de agua que resbalan entre las arrugas de su cara. No le importa. La huelga de transporte le ha extenuado. Comprueba la primitiva. Ni siquiera reintegro. El tiempo se detiene. Su semblante, ensimismado en la rutina de un mundo que no ha soñado. ¡®¡¨Derecho y Justicia?¡¯ -repite. Con el temor de haber olvidado la compra semanal, abre la nevera lentamente. Y cae vencido ante un postre caducado.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión