Principio de autoridad

María Domínguez de Paz · Valladolid 

Para dictar sentencia, la jueza tomó el pequeño mazo y espetó en retahíla: -Se condena al acusado a un sometimiento inexorable a esta Autoridad judicial. Asimismo, se le exige el reintegro inmediato del bien sustraído. Contra dicha sentencia, cabe recurso de suplicación que deberá formalizarse en un plazo no superior a diez días. Hizo una pausa para tomar aire y prosiguió, dirigiéndose con firmeza al condenado: -Así que, por tu bien, vamos a dejarnos de monsergas y de huelgas de hambre: o te comes esas espinacas que has escondido en no sé dónde, o te aseguro que lo de los diez días sin postre va a ir totalmente en serio. Se levanta la sesión- concluyó con un “ñic” del mazo rosa de plástico sobre la mesa de la cocina. Aún estupefacto, el niño sacó lentamente el plato escondido bajo la silla. Hoy la cosa iba en serio.

 

 

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