Encuentros en la sala

Roberto Sierra Gabarda · Pamplona 

Allí estaba en el Juzgado, elegante y sobria esperándome junto a sus compañeras. Aguardando en la misma sala, fiel a nuestra cita diaria a la que acudía sin conocer huelga. Siempre agradable, nunca requirió ninguna explicación ni me obligó a una suplicación. Deseando que la vista se alargara indefinidamente, como quien nunca quiere llegar al postre de una fantástica cena. Nunca esperando el momento del reintegro, cuando se confundía entre las demás. Conocía a otros letrados, pero nunca fue lo mismo. Hoy, nuestra conexión finalizará tras un proceso que ha durado muchos años pero que tenía fijado un plazo. Después de superar tantas pruebas e interrogatorios, hoy celebramos la audiencia final.Con pena y tristeza pero sin opción a recurso, esta aventura ya está sentenciada. Nos despedimos y cierro la puerta. Cojo el maletín y archivo definitivamente esta vida como abogado. Ya nunca volveré a ver a esa hermosa toga.

 

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