TIZONA FRENTE A COLADA
juan perez moralaEl fiscal jefe de esa Audiencia, ley y jurisprudencia corriendo por su sangre, abrió su cartera, miró a la abogada defensora y, con un rictus de sorpresa, arqueó su ceja izquierda, justo la que iba por libre en su lenguaje corporal. Era su forma refleja, instintiva, de decir que, si quería hacer, como era usual en él, un papel eficaz y brillante, esta vez debería gestionar su intervención procesal, con la cautela y la “lex artis” del mejor cirujano cardiovascular.
Tenía enfrente a una profesional como la copa del ciprés de Silos, y tendría que esgrimir su mejor recital.
La letrada era una “rara avis”. Sabía de alta cocina, podía recitar docenas de versos de la antología poética universal, esquiar en alta montaña, etc. Bordaba los juicios y éste prometía.
Espadas jurídicas en alto. Pero el magistrado, en tono amable, ordenó desalojar la Sala. La primera audiencia no sería pública.
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Desde nuestro querido León, te felicito y te doy mi voto.
Hola, Juan.
Me gusta mucho la historia y el lenguaje jurídico-poético-literario de este micro.
Un abrazo y suerte!!
Menudo duelo de léxico te has marcado!!!
Corroboro lo dicho por Towanda… qué manejo de las palabras, Juan!!!
Lástima que la audiencia no fuera pública… nos dejas con la miel en los labios… pero esperamos el desarrollo de las siguientes, eh? Próxima entrega…
Enhorabuena, Juan… te mando mi voto, muchísima suerte y un abrazo!!!
Marta
Juan, ¿quién ganó al final?, se queda uno con ganas de más. Enhorabuena y mi voto.
Un consuelo saber que las vistas se graban. El próximo mes nos pones el vídeo. Enhorabuena.
Lo que no sabemos es quiénes lamentan más la decisión judicial: si el público que aguarda en el pasillo, si los periodistas, si los telespectadores y radioyentes… o el fiscal y la letrada, posibles instagrameros adictos a los «likes».
Suerte, Juan.