El novelista
Maria Navedo SaurinaCon las vacaciones anuales llegaban mis primeros síntomas de aburrimiento. Yo no era un niño activo; así que mientras él se encerraba a preparar sus pleitos, encontré en la lectura de sus viejos libros una vía de escape hacia otros mundos. De forma inconsciente fui forjando mi vocación y en cuanto dispuse de un teclado empecé a escribir mis propias historias. Nunca entendió que no siguiera sus pasos de ilustre abogado por cuyo despacho pasaron muchos rostros conocidos. Yo quería triunfar de otra manera y que nadie nos comparase.
Ahora que ya no está, mi madre ha dispuesto la donación de todos sus libros. Entre sus códigos y recopilaciones legales encontramos alguno de mis ejemplares más vendidos. Nunca me dijo que los hubiera leído. Ojalá hubiera podido debatir con él sobre alguno de sus casos: siempre me inspiraba en ellos para mis novelas de ficción.
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Muy bonito y conmovedor. Mi voto y un abrazo. Enhorabuena!!
El verano nos trae estos recuerdos. Muchas gracias y un saludo.
Los padres han de dejar que los hijos elijan su propio destino. El padre de tu protagonista siempre se sintió orgulloso de él, aunque lo mantuvo en silencio.
Buen relato, María. Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Muchas gracias Pilar. Quizás el padre se dejó algo dentro para que él tuviera aún más empuje. Seguro que leía sus libros con fruición, más incluso que sus códigos.
Lástima que el padre no le haya expresado en vida sus sentimientos. :-(
Suerte con él.
Saludos
Nos quedan siempre cosas por decir cuando alguien nos deja. Aunque creo que con los silencios también se dicen muchas cosas. Muchas gracias Nuria.
Siempre quedan cosas en los tinteros del corazón, que cuando las queremos sacar afuera nuestro ego echa un borrón. Al final no disfrutaron de su mutua admiración. Un bello relato.
Muchas gracias Angel. Algún hilo invisible les unió para siempre. Saludos.
Hermoso y bien escrito. Dicen que los abogados son escritores in pectore. Mi voto.
Algo de eso hay. Muchas gracias.
María, un relato lleno de sentimientos, muy bien narrado, me ha gustado mucho.
Ojalá ambos hubieran hablado en vida del padre.
Te dejo mi voto y te deseo mucha suerte.
Saludos.
Silencios que dicen muchas cosas. Gracias y saludos.
Hola, María.
Un micro realmente emotivo. A mí me ha hecho una especie de cosquillita por dentro.
Enhorabuena y suertísima.
Un abrazo inmenso.
Muchísimas gracias. Esas cosquillitas también las siento yo cuando leo tus micros. Un abrazo.