Imagen de perfilINTERCAMBIO CLIMÁTICO

Margarita del Brezo 

Aunque estamos en agosto, llevamos un par de meses soportando un temporal que empezó días antes de que aquel hombre apareciese en mi despacho con una nube sobre su cabeza y arrastrando un pesado neceser de Pedro del Hierro.
—Necesito un abogado —espetó antes de sentarse. Y sin dejarme tiempo para reaccionar, se lanzó a hablar compulsiva y desordenadamente. Pero yo no le escuchaba. Atónito, miraba cómo la nube se evaporaba con el calor de la calefacción y comenzaba a llover. Él, sin inmutarse, continuaba explicando:
—Tuvo que darme el cambiazo al apearnos en la estación, seguro. Este no es mi neceser. Está lleno de centellas, ventisca y granizo. Compruébelo. Y encima tiene el móvil apagado el muy… ¡Es injusto que sea yo el encausado por reventar las vacaciones a millones de turistas!
No fue difícil demostrar la inocencia del verano, pero el maldito invierno sigue sin responder al teléfono.

 

+12

 

Queremos saber tu opinión

18 comentarios