LA DOMI
Belén Sáenz MonteroDe puntillas sobre el taburete, la Domi nunca imaginó que todo el trabajo invertido en desempolvar mis libros de Derecho acabaría con su analfabetismo. Yo tampoco. Las páginas susurraban ris ras al acariciarlas con el plumero, o cuando arrastraba el pulgar por el canto para sacudirlas. Tintineaban al caer al suelo los latinajos y se escurrían las jurisprudencias, pero ella lo recogía todo con cuidado y volvía a embutirlo entre las hojas abultadas. Así, sin querer, se fue aprendiendo el código penal y el civil al dedillo. Supo entonces que Paco el tendero —que siempre le daba mal las vueltas— era un maleante, pero que al comentarlo en el patio con las vecinas tenía que anteponer presunto al calificativo. Por su seguridad. Yo estaba orgulloso de ella, hasta que tanta erudición se volvió en mi contra. Solicitó asesoramiento en un foro de abogados y me denunció por incumplimiento de contrato.
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Muy espabilada esa Domi. Y yo encantado de acompañarte también por aquí.
Un beso, capitana.
Belén, enhorabuena. Muy bien por La Domi, hay que aprovechar cualquier situación para aprender y que nadie pueda engañarte.
Mucha suerte.
Besos
Hola, Belén.
Sin duda, en tu mejor racha de campeona. Me gusta mucho esa Domi que te has sacado de la chistera.
Enhorabuena y suertísima.
Muy bueno el micro. Vaya con «La Domi» cómo se las gasta. Enhorabuena y mucha suerte!!
Sherezade ha hecho de las suyas y, quizá por su cariño hacia las doncellas del harén, nos ha llevado a situar nuestros micros en el mundo del servicio doméstico. Me encanta la frase «tintineaban al caer al suelo los latinajos y se escurrían las jurisprudencias…»
Suerte, Belén.
¡Cuánto daño están haciendo ciertos foros jurídicos en la red, que están haciendo proliferar «domis» por doquier!. Enhorabuena Belén por este gran pequeño relato. Mi voto y suerte.
Muy bueno, Belén.
Le veo mucho futuro a tu Domi
Qué bonitos los susurros, los tintineos y todo lo que la Domi iba encontrando en esos libros, con sus latinajos y jurisprudencias. Te ha quedado un relato reluciente, y una Domi que aprovecha ese saber del que se impregna. ¡Bravo por él!
Un beso,
Carme.