Sueños

ROSA MARíA LORENTE GIL · Alicante 

No había malicia en sus palabras, nunca las hubo. Aquel día de enero frente a la mesa de su despacho balbuceaba sobre el calendario, el paso del tiempo, los nuevos propósitos. Era un soñador. Al final de cada uno de sus pleitos le gustaba citar a Aute en uno de sus poemas “Quien no tenga sueños se disponga a tener dueños”. Daba igual cual fuera el objeto del procedimiento, reclamar una pensión alimenticia, la eliminación de una cláusula suelo o la libertad para su cliente imputado…La cita siempre era procedente, emergía escondida en cada alegato, un artículo más en la marabunta de códigos jurídicos. No había más certeza para él que la libertad de imaginar un futuro mejor ni perjurio mayor que sostener ante la Justicia lo contrario. Soñaba con una Justicia que abriera los ojos. Sueños sin dueños. Sueños.

 

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