ORGULLO

Ander Lafuente Ateaga · Barakaldo Bizkaia 

?Aparcamiento reservado?. ¡Cómo no!, es el descapotable del abogado defensor. En la sala, su multimillonario cliente y él se muestran demasiado relajados y la sospecha comienza a asomarse en mi interior. Concentración, me repito una y otra vez. No debo distraerme, no puedo venirme abajo, tenemos que hacer justicia. Han pasado tres meses desde que ese triunfador, elegante y feroz abogado logró que el juez admitiera cientos de despidos. Habilitar para ejercer la profesión a gente sin escrúpulos como él es el mayor delito. No dejo de recordar la pupila dilatada del niño que clamaba en busca de ayuda para defender a los trabajadores. A mí izquierda, su padre, mi cliente, un hombre que lleva trabajando desde los dieciséis años en la fábrica, que trabaja de sol a sol para sacar adelante a su familia, y en mi corazón, el orgullo de ser el abogado que siempre soñé ser.

 

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